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Los meniscos son dos estructuras de fibrocartílago que se ubican en el interior de la rodilla. En cada una se tienen dos meniscos: uno interno ("medial") y otro externo ("lateral"). Los mismos cumplen un papel clave para el buen funcionamiento articular, actuando como almohadillas que amortiguan el peso del cuerpo y las presiones además de absorber el impacto, reducir la fricción y potenciar la estabilidad y equilibrio de la rodilla. 

Es común que ante torsiones bruscas de la rodilla en accidentes deportivos o de la vida diaria se sufran lesiones en los meniscos. Estas lesiones pueden ser tanto un desgarro, una rotura o un desplazamiento de dicha estructura y se pueden dar a cualquier edad y por diversos motivos.

Generalmente se asocian los traumatismos en las rodillas, debido a actividades deportivas, a las personas jóvenes, mientras que, en personas mayores, cuyas articulaciones se encuentran más desgastadas, se relacionan las lesiones a situaciones de la vida cotidiana como arrodillarse, levantarse, ponerse en cuclillas o levantar algo pesado.

En cualquiera de los casos, una rotura de meniscos puede presentar cualquiera de los siguientes síntomas:

• Una sensación de “chasquido”
• Hinchazón y rigidez
• Dolor, especialmente al torcer o girar la rodilla
• Dificultad para enderezar la rodilla completamente
• Sensación de que la rodilla está trabada al tratar de moverla
• Sensación de que la rodilla se afloja

Es importante saber cuándo acudir a una consulta médica si se cree tener una lesión en la rodilla. Si se presenta dolor en la misma asociado a un aumento del líquido dentro de la articulación, ante accidente en los cuales se doble la rodilla y el dolor limite tus actividades de la vida diaria, entonces es necesario consultar con un profesional para obtener un diagnóstico.

¿Cómo se trata la lesión de ruptura de meniscos? 

El tratamiento para un desgarro del menisco a menudo comienza de manera conservadora en función del tipo, tamaño y ubicación del desgarro, por lo que pueden presentarse tres tipos de tratamiento:

• Tratamiento inicial: reposo, aplicación de hielo y uso (recomendado por el médico) de analgésicos.
• Fisioterapia para fortalecer los músculos que rodean la rodilla y las piernas para ayudar a estabilizar y sostener la articulación de la rodilla.
• Cirugía: a través de la Artroscopia de Rodilla, en donde se realiza la operación mínimamente invasiva con una internación ambulatoria y los pacientes pueden retomar sus actividades en 20 o 30 días. Se introduce una cámara y unas pinzas especiales por dos incisiones pequeñas en la piel y se trabaja por dentro de la rodilla.

El servicio de Traumatología del Hospital Santa Isabel de Hungría cuenta con una Guardia Activa de Traumatología disponible las 24 horas del día, los 365 días del año, destinado a la atención inmediata de cualquier patología. Por urgencias y emergencias podés comunicarte al 463-7001 o al 2613 44 6823.