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Nuestra neonatóloga de guardia, la Dra. Julieta Hernández, nos informa sobre las pautas de alarma que hay que tener en un recién nacido y sus primeros meses de vida. Entre los signos más distintivos podemos encontrarnos con:

-Fiebre: (más de 38°) Si el bebé tiene temperatura elevada, pero de buen estado general, puede ser consecuencia de sobreabrigo (generalmente en invierno) o debido a las altas temperaturas que se presentan durante el verano, recomendando en este caso que se le dé un baño de agua tibia. De forma contraria, si se nota que la elevada temperatura acompaña de mal estado general (irritable, palidez, rechazo de alimento) se debe consultar al médico de forma urgente.

-Hipotonía: cuando se nota que el bebé está “blandito” o “desplomado” al agarrarlo y presenta signos de rechazo al alimento y/o constipación.

-Dificultades respiratorias: además de notar que el bebé anuncia una toz anormal debemos tener en cuenta si a esto se le añade una respiración rápida acompañada de un aleteo nasal, color morado alrededor de la boca y hundimiento debajo de las costillas.

-Vómito: debes ser signo de alarma si se produce en cantidad abundante o en “chorro”, con un color amarillo o verde y si viene acompañado de hinchazón en la panza.

-Diarrea: es normal que los bebés evacuen al menos 10 veces por día y de forma líquida. Debe ser signo de alarma cuando la materia fecal viene acompañada de sangre, cuando rebasan el pañal más de lo habitual y cuando el bebé también padece fiebre o vómitos.

-Deshidratación: puede ser la consecuencia de los vómitos que impidan la normal alimentación del bebé, abundante diarrea y poco ofrecimiento del pecho en temporadas de mucho calor. Los signos que indican deshidratación son la boca seca, ojos hundidos y pañales secos durante varias horas.

-Ictericia: se manifiesta a través de un color amarillo en todo el cuerpo del bebé. Para niños mayores 1 de un mes se puede expresar a través de materia fecal blanca.

-Infección en el cordón umbilical: se caracteriza por enrojecimiento de sus alrededores, mal olor en la zona, secreciones espesas, fiebre y zona del ombligo caliente.