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La Hipertensión Arterial inducida por el embarazo es una patología que se caracteriza por presentarse en la mujer embarazada cifras elevadas de presión arterial, mayores a 140/90 mmHg. El Dr. Hernán Pulenta, del equipo de Cardiólogos del Hospital Santa Isabel de Hungría, destaca  que esta afección ocurre después de la semana 20 de gestación. “Si es antes, lo más probable es que sea una hipertensión crónica que se diagnostica en el embarazo.” Detalla, y agrega: “La paciente debería volver a tener cifras normales antes de las 12 semanas posparto, eso confirmaría el diagnóstico de hipertensión arterial gestacional”

EL especialista expone que si este cuadro no se trata rápidamente puede generar  complicaciones tanto para la mamá como para el bebé, pudiendo derivar en una preclampsia, que es cuando además de hipertensión, la paciente tiene proteínas en la orina. “Esto se debe a que la patología ha generado daños a nivel renal. Además si se produce afección cerebral la paciente puede presentar convulsiones y esto se llama eclampsia, ambas situaciones son potencialmente graves para la vida de la madre y la del feto.” Especifica.

En cuanto a los grupos de riesgo, el Dr. Pulenta incluye a las mujeres que presenten hipertensión arterial crónica, alguna nefropatía previa, Diabetes y también las que presenten un embarazo en edad avanzada o embarazos múltiples.

Para poder prevenir estados de complicación, es fundamental conocer cuáles son los principales síntomas que a una mujer embarazada tienen que alertarla para consultar al médico. “Además de las cifras de presión arterial elevada,  la cefalea intensa, la visión borrosa, el dolor intenso en la boca del estómago y los edemas en manos y cara, pueden ser indicadores de que la Hipertensión Arterial durante el embarazo está ocasionando complicaciones mayores y que probablemente la paciente requiera una cesárea de urgencia si el embarazo está avanzado o un seguimiento y monitoreo estricto de la mamá y el feto si el embarazo es temprano.” Precisa el Dr. Pulenta, y es por eso que recomienda que la paciente concurra rápidamente a la guardia ante estos síntomas: “También es fundamental que todos los médicos que sigan el embarazo le tomen la presión arterial a la mamá en todas las consultas y, si encuentran cifras elevadas, deben alertarla sobre los síntomas y signos, y derivar a la paciente al especialista para el inicio temprano de un tratamiento farmacológica adecuado.”

El principal riesgo de estos casos es la hemorragia cerebral materna en caso de una emergencia hipertensiva y  el síndrome Hellp, que se caracteriza por un cuadro de elevación de enzimas hepáticas (por lesión a nivel del hígado), por hemólisis (se destruyen los glóbulos rojos) y por la disminución del número de plaquetas. Según el especialista,  estos cuadros requieren cesárea de urgencia y la derivación de la madre a unidad de cuidados intensivos y al bebé a neonatología para monitoreo y seguimiento estricto.

Para el bebé, las principales complicaciones son el desprendimiento de la placenta, el retraso del crecimiento intrauterino y el parto prematuro. Esto último es frecuente en los bebés de las pacientes con hipertensión gestacional,  ya que en muchos casos se debe realizar cesárea antes del término del embarazo, para prevenir las complicaciones graves y potencialmente mortales de esta patología.

Nuestro Hospital cuenta, en el Servicio de Cardiología, con un consultorio de Hipertensión en el Embarazo de demanda espontanea. “Esto significa, que cuando el obstetra, el ginecólogo o el médico de familia hace el diagnóstico de Hipertensión en el Embarazo, se deriva a la paciente al Servicio de Cardiología para que la mamá obtenga un turno lo antes posible, muchas veces de forma inmediata.” Explica el Dr. Pulenta.

Además, el Hospital cuenta con servicio de neonatología, ginecología y obstetricia de excelencia, que brindan Guardia Activa las 24hs “Esto permite que la mamá y su bebé puedan ser atendidos en forma inmediata resolviendo las complicaciones que pudieran ocurrir.” Concluye el especialista.