Bajo el conocimiento corriente y compartido, se sabe que el Parkinson es una patología cuyos síntomas más comunes son los temblores en las manos, la boca, o la lentitud para algunos movimientos. También se comparte la idea de que un tratamiento a tiempo puede disminuir los síntomas y mejorar la calidad de vida. Empero, a pesar de ello, hay signos de la enfermedad que pueden confundirse con otros problemas.
De acuerdo con uno de nuestros médicos neurólogos, el Dr. Felipe Peralta, características no evidentes de la enfermedad pueden ser alteraciones en el sueño, apatía, depresión, ansiedad, constipación y pérdida del olfato. “Estas alteraciones suelen aparecer hasta varios años antes de los síntomas cardinales (lentitud en los movimientos, la rigidez, el temblor de reposo y los trastornos posturales) y suelen comprometer la calidad de vida de los pacientes de forma significativa”, contó.
Según el profesional, para poder saber si esos síntomas son indicios de la enfermedad, los pacientes deben reunir una serie de criterios clínicos para el diagnóstico: “En el caso de que el paciente tenga síntomas no motores, se lo puede relacionar con una enfermedad de Parkinson. Pasado en limpio: una persona tiene Parkinson si reúne por lo menos dos de los síntomas cardinales que son la lentitud en los movimientos, la rigidez, el temblor de reposo y los trastornos posturales”.
Otros criterios señalados por nuestro neurólogo fueron los síntomas unilaterales (aquellos que se manifiestan de un solo lado del cuerpo) y la progresión de los signos con el paso del tiempo. Además, apuntó a que si estos responden bien a un tratamiento médico con levodopa, el padecimiento puede ser diagnosticable como Parkinson.
Seguidamente, el médico explicó que existe algo llamado “Parkinsonismo”, que son diversas enfermedades que se asimilan al Parkinson pero que no lo son. En ese sentido, mencionó que para poder estar completamente seguro de que se trata de una enfermedad de Parkinson. Se debe esperar unos tres o cuatro años, advirtiendo a los pacientes la probabilidad de que lo padezcan.
Así mismo, recalcó que las imágenes o las resonancias no pueden mostrar si hay una enfermedad de Parkinson, pero que sí sirven para descartar otras afecciones o lesiones, como tumores o sangrados que podrían estar simulando la enfermedad.
Finalmente, Peralta habló sobre los tipos de tratamientos existentes para la enfermedad, señalando que dependerán de la individualidad de cada paciente: “En general se divide en dos grandes grupos de fármacos. Uno es la levodopa, que es el tratamiento clásico, que es muy efectivo y que sigue siendo vigente. Pero también hay un grupo de medicamentos que son los agonistas dopaminérgicos (que pueden ser utilizados en fases iniciales y mejorar la enfermedad a largo plazo). Y en el caso de que los síntomas fueran avanzados e incontrolables con los tratamientos farmacológicos, se puede indicar una cirugía. Es importante decir en ese sentido que los candidatos deben ser cuidadosamente estudiados, ya que no todos los pacientes se benefician de la cirugía.
El hospital Santa Isabel de Hungría cuenta con un equipo de Parkinson en el servicio de neurología, encabezado por los doctores Juan Manuel Genco y Felipe Peralta. Con la más calificada experiencia, realizan diagnóstico, tratamiento y seguimiento de sus pacientes, sin necesidad de tener que enviarlos a otro lugar. Para más información, te invitamos a que visites la página www.hospitalsantaisabel.com.ar
Copyright 2015 | Todos los derechos reservados
Desarrollado por R40Agencia