Diversos estudios señalan la estrecha relación que existe entre la nutrición y las enfermedades oncológicas. La relación es doble: por un lado una alimentación inadecuada puede aumentar la incidencia de determinados cánceres (aproximadamente el 30-40% de los cánceres en hombres tiene relación con la alimentación, y hasta el 60% en el caso de las mujeres). Y por otro lado, el propio cáncer y sus tratamientos pueden inducir la aparición de malnutrición, que se encuentra presente hasta en el 40-80% de los pacientes en el curso de la enfermedad.
Pero, ¿Por qué incide tanto la alimentación? Priscila Navarrete, jefa del Servicio de Nutrición del Santa Isabel, detalló los motivos: “Podemos verlo desde dos puntos de vista. En primer lugar, hoy se conoce que la obesidad es un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer, sobre todo de colon, mama, próstata y páncreas. La obesidad genera un estado inflamatorio que favorece el desarrollo de enfermedades degenerativas y oncológicas. En Argentina, el 61% de los adultos presenta sobrepeso u obesidad y el 25% obesidad en algún grado. Estos datos reflejan en gran parte dicha relación. Otros estudios también relacionan algunos alimentos con la aparición de cáncer, como lo son los alimentos ahumados, la comida alta en grasas saturadas y sal (como la comida chatarra) y la baja ingesta de antioxidantes y fibra (frutas, verduras, legumbres y cereales integrales). Y el otro punto de vista es más alentador, ya que si nos alimentamos correctamente y mantenemos un peso corporal adecuado para nuestra edad, talla, actividad, podemos prevenir no solo la aparición de cáncer, si no de muchas otras patologías”.
De acuerdo con la especialista, la mala nutrición puede definirse de diversas maneras. Si se trata de prevalencia, la baja calidad nutricional se vincula con la obesidad y el sobrepeso (asociadas a la ingesta de productos alimentarios con elevado aporte calórico, azúcares y grasas y con el bajo aporte de nutrientes como vitaminas, minerales, fibras y antioxidantes). Y si se trata del estado de carencia de alimentos, se habla de desnutrición.
En ese sentido, nuestra profesional indicó que cuando la mujer se mal alimenta puede sufrir de enfermedades oncológicas, isquémicas, pulmonares y gastrointestinales. Pero también de alteraciones ginecológicas y obstétricas (como alteraciones del ciclo menstrual, poliquistosis ovárica, dificultades para embarazarse) y de cáncer de mama.
Consultada sobre los síntomas que puede provocar la malnutrición, Navarrete explicó que los signos no suelen ser tan evidentes o reconocibles a simple vista (a excepción de la obesidad y la desnutrición), pero que cuando se manifiestan suelen hacerlo en forma de dolor articular, fatiga o cansancio, caída de cabello, lesiones en la piel, fragilidad de las uñas y mayor predisposición a infecciones y a otras enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión.
¿Cómo modificar los malos hábitos alimenticios?
Finalmente, interrogada sobre qué alimentos son necesarios para el organismo, la licenciada mencionó que estos dependerán de las necesidades de cada persona, adecuados a la edad, el género y los diferentes estados de salud/enfermedad. Pero aseguró que existen “súper alimentos” que deben estar presentes en todas las situaciones, como las frutas, las verduras, las legumbres, el agua, los lácteos descremados y los cereales.
Para obtener un plan nutricional específico, invitó a consultar con el staff de nutrición del Hospital Santa Isabel de Hungría solicitando un turno al 0810-999-2000.
Copyright 2015 | Todos los derechos reservados
Desarrollado por R40Agencia