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El baño del bebé consta de tres etapas: la preparación, el momento del baño y el momento después del baño.

Preparación: 

Es importante tener todo lo necesario para el baño antes de manera que esté a mano a la hora de tener al bebé en el agua.

• La temperatura del agua debe encontrarse a 37 grados. Se recomienda comprobar siempre la temperatura del agua con un termómetro. Debido a que los bebés pequeños perciben el dolor con retraso, reaccionan mucho más tarde al agua caliente que los niños más mayores, de manera que pueden sufrir más fácilmente una escaldadura dolorosa y peligrosa.
• Tener manoplas, toallas suaves y pañales para poder limpiar, secar y vestir al bebé lo más rápido posible. 
• Si se va a utilizar una bañera para bebés, se tiene que llenar 3/4 partes de agua, aunque el tamaño de tu bebé también es decisivo.
• Calentar previamente la zona del cambiador, ya que para los bebés son muy desagradables los cambios de temperatura. Por eso es que si se calienta previamente la zona del cambiador se minimizan los cambios bruscos de temperatura y el riesgo de que se resfríe. Una toalla con capucha ayuda también a que no se enfríe.

Momento del baño:

• Desvestir al bebé.
• Observar si el bebé se encuentra lo suficientemente cómodo para adentrarse en la aventura de la bañera. Los bebés que ya hayan tenido experiencias positivas en el agua caliente se pueden bañar cuando no estén de tan buen humor. A menudo el baño sirve, al igual que en el caso de los adultos, para tranquilizarse y relajarse. Los bebés que tienen gases o molestias abdominales también se tranquilizan con un baño caliente.
• Deslizar al bebé lentamente en el agua para que no se asuste. Se le puede hablar o cantarle una canción, esto sirve para tranquilizar a los que son más miedosos.
• Mantenerlo siempre bien sujeto en la palma de la mano. Es recomendable utilizar flotadores para dejar una mano libre, siempre con mucho cuidado. Al principio se debe realizar el baño entre dos personas.
• Limpiar al bebé suavemente con ayuda de una manopla. No hay que olvidar de limpiar también los pliegues en la piel y esos puntos a los que es más difícil acceder, como entre los dedos de los pies, detrás de las orejas o en las arrugas del cuello.
• Dejar el pelo para el final para que no se enfríe por la cabeza. Se puede utilizar shampoo, loción o jabón siempre y cuando sea neutro.

Después del baño:

Una vez bañado, se debe secar al bebé lo mejor posible antes de vestirlo. Para evitar irritaciones o infecciones en la piel en los pliegues, es muy importante secar bien todas esas partes sin frotarlas con las toallas. Luego, vestirlo.

¡Listo! Tu bebé ya limpio.