Independientemente del color, todas las personas tienen la misma cantidad de células en su piel. Ya sea clara u oscura, ese factor no varía. Sin embargo, no todas las pieles tienen la misma pigmentación, y por tanto, la misma protección en su ADN.
De acuerdo con la doctora Adriana Senarega, dermatóloga de nuestro hospital, las pieles claras tienen menor pigmentación (melanina), lo que las expone a un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de piel. Así mismo, tener los ojos claros, ser rubio o pelirrojo o tener pecas aumenta el peligro a un tumor, sobre todo melanoma.
Si a lo anterior se suma uno o más antecedentes familiares de cáncer de piel, el riesgo se incrementa entre 35 y 70 veces más. Y si se tiene una gran cantidad de lunares (más de 50 cuando niño y más de 100 en edad adulta), la exposición se hace mayor.
“Siempre que se detectan este tipo de lesiones malignas en las personas se estudia a toda la familia: se hace control de lunares, se hace un control periódico sobre la piel. ¿Por qué se estudian tanto los lunares? Porque el melanoma (tipo de cáncer de piel más agresivo) se presenta como un lunar. Si se ha extraído un lunar con características atípicas, una persona tiene mayor riesgo de tener un melanoma. Y si ha tenido más de 10 lunares con características atípicas y que han requerido cirugía, por más que no hayan sido melanomas se tiene hasta 12 veces más riesgo de tenerlo”, detalló la profesional.
Según nuestra especialista, existen tres tipos principales de cáncer en la piel cuya manifestación puede variar desde lesiones rojizas o color piel, hasta lesiones sobreelevadas e incluso tipo lunares atípicos: “El cáncer más frecuente en la piel es el carcinoma basocelular, que es un tipo de tumor que aparece sobre todo en zonas expuestas al sol. Se ven como pequeñas tumoraciones brillantes, de color piel o rojizas, que se ulceran muchas veces, se lastiman. Son esas heridas que, a pesar que pasa el tiempo, nunca terminan de cerrar, y tienen vasos sanguíneos en su superficie. El segundo cáncer de piel es el espinocelular, que también puede aparecer en zonas expuestas al sol, aunque puede aparecer en otros sectores también y se puede manifestar como lesiones sobreelevadas, rojizas con escamas, o lesiones más queratósicas más engrosadas, más duras, con escamación de su superficie. Por último, tenemos el melanoma, que es el cáncer de piel con mayor malignidad, con más riesgo de diseminación a distancia y que es el que tiene peor pronóstico y es el que se asocia a los melanocitos que nos dan el color. Se manifiesta como un lunar atípico, con bordes asimétricos, con múltiples colores, con diámetro mayor a 6 mm, y que ha cambiado en el último periodo”.
De acuerdo a Senarega, todos los cánceres de piel son tratables y dependen del momento en que se realiza el diagnóstico, por lo que atender a tiempo lesiones atípicas y realizar un control anual es fundamental: “Los cánceres de piel, como el carcinoma basocelular, suelen ser localmente agresivos e infiltrativos, pero es muy raro que den lesiones a distancia. Por lo tanto (muchas veces) con una cirugía suele existir la cura. Por otro lado, el carcinoma espinocelular tiene mayor malignidad que el basocelular. El tratamiento suelen ser cirugías, aunque hay múltiples tratamientos disponibles y lo ideal es encontrarlo en lesiones previas. Esas lesiones precursoras se suelen tratar con cremas con buenos resultados. Y, por último, el melanoma requiere cirugías y, según el estadío clínico en el que se realiza el diagnóstico, se agregan otros tratamientos médicos en forma multidisciplinaria en conjunto con el oncólogo”.
Copyright 2015 | Todos los derechos reservados
Desarrollado por R40Agencia