La fotoprotección tiene como objetivo prevenir el daño que ocurre en nuestra piel como resultado de su exposición a la radiación ultravioleta (UV).
El índice global ultravioleta (UVI) es una medida de la radiación a nivel de la superficie terrestre que permite indicar el daño potencial de la piel.
Los niveles de radiación UV se hayan influenciados por diversos factores:
En nuestra provincia en épocas estivales el Servicio Meteorológico Nacional determina un UVI entre 7-12, que varía según las condiciones climáticas del día. Estos valores se consideran de riesgo para el daño de la piel y la Organización Mundial de la Salud (WHO) recomienda para ellos la práctica activa de la fotoprotección.
La edad también es un factor que determina el grado de protección que debe utilizarse, la infancia y la adolescencia son los periodos de mayor vulnerabilidad. Las quemaduras hasta los 20 años se consideran un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de piel en la vida adulta. Es por ello que debemos hacer especial hincapié en inculcar buenos hábitos desde edades tempranas, como así también actuar como ejemplo para los más pequeños.
Los niños menores de 6 meses no deben exponerse directamente al sol sin ropas, ni se les debe aplicar crema fotoprotectora y es importante limitar las exposiciones al sol en niños menores de 3 años.
El factor de protección solar (FPS) es un índice que nos da idea del tiempo que podremos permanecer expuestos al sol sin riesgo de sufrir una quemadura. Según esta graduación se los divide en bajo con un rango de FPS menor a 15, medio con un FPS menor a 30, alto hasta FPS 50 y muy alto para los mayores de 50.
A la hora de elegir un protector solar, este debe ser recomendado por el médico, en función del tipo de piel, la capacidad de broncearse y las condiciones de la exposición solar. Deben tenerse en cuenta condiciones preexistentes, como antecedentes de cáncer de piel, dermatosis que se agravan con el sol o la ingesta de algunos medicamentos que modifican la sensibilidad individual a la radiación solar.
La Organización Mundial de la Salud recomienda utilizar un FPS alto para el cuerpo y uno muy alto para zonas de mayor sensibilidad como rostro orejas, escote, cuero cabelludo sin pelo. Los mismos deben ser aplicados de manera generosa previo a la exposición solar, debiendo re-aplicarse cada 2-3hs. También hay que tener en cuenta que los baños prolongados y la transpiración disminuyen la capacidad de protección.
Las estrategias para un buen cuidado de la piel durante el verano, que se centran en tres pilares:
Ante cualquier duda, consultar en nuestro servicio de Dermatología u Oncología.
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