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El acné es una enfermedad cutánea crónica muy frecuente, que se caracteriza por presentar lesiones que afectan típicamente la cara y el tronco (V del escote y espalda).

Existen casos que requieren un tratamiento precoz para mejorar las características estéticas y evitar la producción de cicatrices. 

Según la Dra. Adriana Senarega, miembro del staff del Servicio de Dermatología de nuestro Hospital, el acné puede aparecer en cualquier etapa de la vida, desde el nacimiento hasta la edad adulta: “Suele empezar durante la pubertad, al mismo tiempo que los cambios hormonales. Si bien en la mayoría de los casos, resuelve culminando la adolescencia, en el 12% de las mujeres y en el 3% de los varones puede persistir hasta los 44 años.” Explica la especialista, y agrega: “Alrededor del 80% al 90% de las personas jóvenes están afectadas en cierta medida, y entre el 20% al 30% de estas personas buscarán apoyo médico.”

La Dra. Senarega, detalla que hay cuatro causas fundamentales que contribuyen a la formación de acné:

1. Exceso de sebo. Es la hiper-producción de una sustancia oleosa producida por las glándulas sebáceas para lubricar el cabello y la piel. Esto puede estar desencadenada por hormonas, ciertos medicamentos y el factor genético entre otras causas.
2. Hiperqueratinización .Consiste en un engrosamiento de la capa externa de la piel (estrato córneo) y el desprendimiento irregular de células cutáneas muertas. Esto genera la oclusión del conducto de la glándula sebácea con la consiguiente interrupción en la liberación de sebo.
3. Crecimiento de bacterias. Las bacterias que normalmente viven inocuamente sobre la piel se acumulan y colonizan los folículos.
4. Inflamación. En casos de acné grave, la pared folicular estalla liberando lípidos, ácidos grasos, corneocitos, bacterias y fragmentos celulares causando la inflamación del tejido adyacente.

Finalmente, la profesional indica que existen además algunos elementos que agravan los síntomas:

1. Dieta demasiado rica en ciertos hidratos de carbono (grandes cantidades de azúcar y harina blanca) y vitamina B (pan, cereales, levadura de cerveza)
2. Fumar cigarrillos
3. Maquillaje y productos cosméticos que obstruyan los poros

Ante cualquier duda, lo invitamos a consultar con nuestras especialistas en Dermatología.